2021-03-12: celda número 3
De gasto público, agricultura, matrimonios, censos y recomendaciones
Acaba una semana de cambios laborales. El cese de los consejeros de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid ha conllevado mi cese automático como asesor para la Dirección General de Estadística. Es lo que hay, pero ha merecido la pena. Durante estos meses he podido ver una oficina de estadística por dentro, y eso no lo puede decir mucha gente. Esta experiencia me ha valido para confirmar —casi al 100%, porque siempre hay excepciones— un par de prejuicios que tenía de la estadística pública desde fuera:
Las oficinas de estadística, y la administración en general, manejan una cantidad ingente de información y datos. En serio, es impresionante. Desde toda la población y establecimientos comerciales georreferenciados hasta las Cuentas de Cotización de la Seguridad Social, uno de mis descubrimientos favoritos de estos meses. No sólo eso: los técnicos estadísticos realizan un largo y arduo trabajo de validación de datos para que las cifras oficiales no contengan ningún error y sean lo más precisas posible.
Las oficinas de estadística, y la administración en general, tienen una impresionante falta de personal, recursos técnicos y tecnológicos. Es como si se hubiera detenido el tiempo allá por principios de siglo y todas las innovaciones tecnológicas de la última década —producción masiva de gráficos y visualizaciones de datos, sistemas de información geográfica, nuevos lenguajes estadísticos de programación, bases de datos en la nube…— apenas existieran. A cambio, se siguen usando programas informáticos obsoletos e incluso descatalogados, como Visual FoxPro, que hacen que cualquier tratamiento de datos pueda demorarse durante horas.
Es una verdadera lástima que las oficinas de estadística saquen tan poco lustre a una materia prima tan abundante y de tan alta calidad. Lo único que he intentado durante estos meses ha sido “abrir las ventanas al mundo exterior”, una bonita frase de despedida que me dijo uno de los jefes de área. Espero haberlo conseguido, aunque sólo sea a la hora de mostrar que hay un mundo diferente de datos y estadística ahí afuera.
Empieza, ahora sí, la tercera celda de FILAS Y COLUMNAS.
¡No pongas muchos números en tu texto! Un punto en común de las mejores historias de ‘números’ es que no puedes decir que son historias de ‘números’
El gasto público en España y Europa. Eurostat ha publicado una estadística detallada sobre el gasto público por políticas en los diferentes países de la Unión Europea. El mayor desembolso de dinero público se destina a la protección social —19,3% del PIB en la UE por el 17,4% de España—, seguida de la sanidad —7% y 6,1%, respectivamente—, servicios generales —5,8% y 5,5%— y educación —4,7% y 4%—. España sobresale en dos políticas de gasto: es el segundo país que más dinero destina a la viudedad (survivors) —2,3% del PIB por el 1,5% de la UE— y el segundo que menos dinero dedica a familias e infancia —0,9% y 1,8%, respectivamente—. Todos estos datos se pueden consultar en una aplicación interactiva y están disponible para su descarga en formato abierto.
La actividad agrícola en Castilla y León. El último número de la revista Estudios Geográficos está dedicado a los sistemas agroalimentarios españoles. El paper que abre la revista, producido por Fernando Molinero Hernando (Universidad de Valladolid) y Marta Martínez Arnáis (Universidad de Burgos), aborda La expansión de las empresas de servicios y de los asalariados en los espacios vitícolas del Duero. Entre las muchas tablas y mapas que plasman los principales resultados de la investigación, se puede apreciar cómo las antiguas explotaciones familiares han ido dando paso cada vez más a empresas agrarias de mayor tamaño. Ello ha provocado un considerable aumento de la productividad y del número de asalariados agrícolas entre 1997 y 2016 en Castilla y León a pesar de haberse reducido el número de explotaciones y de superficie explotada (tablas 4 y 5). Además, ambos investigadores han elaborado un mapa en el que plasman el número de asalariados agrarios en cada municipio español junto al producto agrícola o ganadero más importante de cada comarca.
Mercado matrimonial. Teresa Martín y Teresa Castro, dos demógrafas del CSIC, han estudiado las características de los matrimonios en España y su evolución en el tiempo, haciendo especial hincapié en la incorporación de la mujer al mercado laboral. En un artículo publicado en la Agencia SINC, detallan lo que denominan el mercado matrimonial español, es decir, qué características deben cumplir las parejas para acabar casándose. Las investigadoras explican que tradicionalmente los hombres buscaban a mujeres con un menor nivel formativo y socioeconómico para que, tras el matrimonio, se convirtieran en madres y amas de casa. En cambio ahora, las mujeres con edad de ser madre —entre 25 y 39 años principalmente— tienen un mayor nivel educativo que los hombres y ya no aceptan el tradicional papel de ama de casa, sino que ha de existir un reparto de las tareas domésticas entre ambos cónyuges. Este es su resumen:
Solo hay una posible “solución”, siguiendo la lógica del mercado matrimonial: que los hombres compensen su menor nivel educativo (aunque todavía conserven un mayor estatus socioeconómico) con actitudes igualitarias e implicándose más en los cuidados y el trabajo doméstico
La España de 1797. En uno de los últimos reportajes publicados en Verne, Cristina Suárez profundiza en los censos de población más antiguos de España, los del conde de Aranda (1768), Floridablanca (1787) y Godoy (1797), volúmenes digitalizados por el INE disponibles en estos tres enlaces {conde de Aranda, Floridablanca, Godoy}. Cogiendo los principales datos de este último censo, la periodista explica las principales características de la población española de finales del siglo XVIII. Uno de los gráficos más llamativos es el que copio a continuación, en el que se aprecia que el porcentaje de mujeres solteras y viudas apenas ha variado en estos 223 años. Aquí se puede leer el reportaje completo.
Bonus track internacional. La Royal Statistical Society británica ha publicado un documento con diez recomendaciones estadísticas en materia de datos sanitarios dirigidas al Gobierno. Las copio y pego a continuación —existe un informe más detallado de 13 páginas—. Aunque están orientadas a la salud pública, se pueden extrapolar a cualquier otro ámbito donde los datos y las estadísticas jueguen un papel relevante.