2022-12-23: celda número 42
De vivienda, economía, salario mínimo, gestación subrogada y mundial de fútbol
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Cada vez se habla más de open data y open science como formas de expandir conocimientos. Pese a las numerosas ventajas de compartir datos y código, todavía hay muchos investigadores y expertos reacios a mostrar sus fuentes y metodologías, amparando sus métodos en el tradicional ‘porque yo lo valgo’.
Un paper publicado por The Royal Society bajo el título Why don't we share data and code? Perceived barriers and benefits to public archiving practices aborda las barreras que perciben los investigadores a la hora de compartir sus datos y código y sus posibles soluciones. Aunque el estudio está escrito desde el plano de la biología y la ecología, su contenido se puede aplicar a cualquier otra área profesional donde se trabaje con datos. El siguiente gráfico resume los principales puntos del paper.
Como se suele decir, recomiendo encarecidamente la lectura del paper —6.200 palabras tampoco son tantas—, pero aprovecho para destacar tres entrecomillados que me han llamado especialmente la atención.
Code sharing saves researchers time from ‘reinventing the wheel’ in future projects and allows others to modify existing code for their own purposes.
Ultimately, even if data are shared in a repository that may not be the ideal fit, or if the code is not optimized or fully annotated, some form of data and code sharing is better than none. One of the best ways to gain knowledge about data and code sharing is through experience, so we encourage researchers to use the resources that are available to them, not to shy away from publications that require sharing, and accept that their practices will improve over time.
Researchers who have spent their time, energy and finances on long-term datasets should receive appropriate credit (e.g. via promotion and future funding opportunities) for collecting such important data, regardless of whether these same researchers have led any scientific publications using the datasets. Giving disproportionate credit to new analyses, rather than new data collection efforts is limiting our knowledge and collective willingness to be open with our work.
Si tras leer el paper —en serio, leedlo, que en Navidad vais a tener tiempo de sobra— alguien quiere profundizar más en open data y open science, que eche un vistazo a las referencias bibliográficas del artículo. Yo ya he guardado un libro y un artículo para Navidad.
Empieza, ahora sí, la cuadragésima segunda celda de FILAS Y COLUMNAS.
Cambio en la pendiente
Vivienda en Europa. Eurostat ha aglutinado en un único portal interactivo varias estadísticas que resumen la situación de la vivienda en la Unión Europea en 2021. La página web se divide en tres apartados —cómo vivimos, coste de la vivienda y construcción— con un total de ocho subcategorías con datos para cada uno de los 27 países de la UE. Una de las estadísticas de mayor actualidad es la referida a la carga de los gastos de vivienda, en la que se puede observar que España es el sexto país europeo en el que se necesita más esfuerzo para pagar una casa: un 11,4% de las personas que viven en ciudades españolas dedica más del 40% de sus ingresos a costear una vivienda. Sólo Grecia, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Alemania superan a nuestro país en este apartado.
Economía en tiempo real. CaixaBank Research ha dado una vuelta de tuerca a su monitor económico y lo ha transformado en un portal de Economía en Tiempo Real con dos grandes apartados: un análisis personalizado en función del perfil socioeconómico del usuario y un panel de indicadores con cinco grandes ámbitos: consumo, vivienda, salarios, turismo y desigualdad. El equipo investigador del banco catalán explica en este artículo más aspectos del proyecto, que se complementa con una detallada metodología de 19 páginas en la que se explica cómo han calculado cada indicador. [visto a Raül Segarra]
Impacto de la subida del salario mínimo. El informe sobre El impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional en la desigualdad y el empleo elaborado por la Fundación Iseak a instancias del Ministerio de Trabajo y Economía Social ha salido finalmente a la luz gracias a una solicitud de acceso a la información pública presentada por el Instituto Ostrom. Aprovechando su publicación, la Fundación Iseak ha elaborado tres materiales —un working paper, un informe divulgativo y el informe completo— en los que detallan los resultados obtenidos del análisis de los microdatos de la Muestra Continua de Vidas Laborales, cuyo resumen es que:
Se observa una reducción en la desigualdad salarial y un aumento en la participación en rentas de los quintiles más bajos, lo que apuntaría a que el aumento del SMI habría cumplido su objetivo de compresión salarial. Por otro lado, esta medida provoca un limitado impacto causal negativo sobre el empleo, nulo a corto plazo pero que crece ligera y gradualmente en el tiempo, y que se traduce principalmente en pérdida de empleo y, en menor medida, en un ajuste en la intensidad laboral de las personas afectadas.
Bebés nacidos por gestación subrogada. Gracias a la ley de transparencia, Maldita.es y Planta Baixa han obtenido el número de bebés nacidos por gestación subrogada que han sido inscritos en los consulados españoles desde 2010. Esta cifra ronda los 3.400 menores, un dato que es “la punta del iceberg" ya que “los padres pueden traer al niño a España para registrarlo directamente en territorio nacional”, si bien el Registro Civil Central “no recoge ningún dato relativo al origen de la gestación”. El pico anual se produjo en 2018, con más de 500 inscripciones aprobadas, si bien desde entonces las cifras han ido bajando. Los principales países de procedencia de los bebés subrogados en estos años han sido Estados Unidos, Ucrania y, más recientemente, Canadá y Georgia (a través del consulado español en Turquía).
Bonus track internacional. Ahora que ha finalizado el Mundial de Qatar 2022 merece la pena echarle un vistazo a este reportaje publicado en Vox sobre cómo la inmigración ha dado forma al Mundial. Los periodistas Stephen Osserman y Youyou Zhou han recopilado información de Wikipedia de todas las plantillas que han diputado los mundiales de fútbol para concluir que cada vez más jugadores defienden camisetas de países distintos a los de su lugar de nacimiento. Sólo cuatro selecciones —Argentina, Brasil, Corea del Sur y Arabia Saudí— estaban formadas exclusivamente por futbolistas nacidos en estos países. Los periodistas vinculan este fenómeno a la búsqueda por parte de las federaciones nacionales de jugadores de élite con vínculos familiares con sus países a través de sus padres o abuelos.