2021-07-16: celda número 12
De normalidad, desarrollo sostenible, geografía disruptiva, residencias y temperaturas
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El INE publicó ayer la Encuesta de Condiciones de Vida, una de las operaciones estadísticas más importantes que se desarrolla cada año en España. A través de 35.000 encuestas a 13.000 hogares, la encuesta analiza el riesgo de pobreza, las carencias materiales de las familias españolas y los ingresos de los hogares en el año anterior a la encuesta. Unos datos muy interesantes y útiles si no fuera por un pequeño olvido que suele haber en la inmensa mayoría de las estadísticas económicas que se publican en España: el IPC.
Según el gráfico actualizado ayer, la renta media de los hogares en 2019 (30.690 euros) superó el máximo previo al estallido de la crisis económica (30.045 euros en 2008). Este último dato coincide con el reflejado por el INE en su nota de prensa del 27 de mayo de 2014 al dar a conocer la Encuesta de Condiciones de Vida de aquel año. Es decir, la serie histórica que aparece en la web del INE refleja la renta media por hogar sin el IPC actualizado.
Pero lo que en un principio parece una buena noticia, cambia notablemente si actualizamos las rentas a precios de diciembre de 2019.
En términos constantes, la renta media y mediana —sobre las ventajas de la mediana respecto la media se ha escrito mucho, incluso usando a cerdos de ejemplo— en 2019 continuaba por debajo de los niveles de finales de la primera década del siglo XXI. 30.000 euros hace casi quince años no equivalen a 30.000 euros actuales —como da a entender el INE— sino a 34.000.
A bote pronto, el único indicador económico oficial que se me viene a la cabeza en el que sí se publican cifras a precios constantes es el Producto Interior Bruto (PIB) de la Contabilidad Nacional. Ni la Encuesta de Condiciones de Vida, ni la Encuesta de Presupuestos Familiares, ni las importaciones y exportaciones tienen en cuenta la subida o bajada de los precios a lo largo del tiempo.
Esto contrasta con los indicadores económicos del Banco Mundial. Cada indicador viene expresado en precios actuales y constantes, generalmente en dólares pero también en moneda local o paridad del poder adquisitivo (PPA). Otras oficinas estadísticas, como la británica o la estadounidense, directamente ignoran los precios corrientes y sólo publican cifras económicas ajustadas a la inflación.
Si las estadísticas económicas españolas no están ajustadas a la inflación no es por falta de recursos técnicos. El INE dispone de dos herramientas para calcular el IPC: una para actualizar rentas y otra para calcular la variación del IPC entre dos fechas. En casa de herrero, cuchillo de palo.
Empieza, ahora sí, la duodécima celda de FILAS Y COLUMNAS.
Preocúpate menos por las respuestas y céntrate más en si estás haciendo las preguntas correctas
Regreso a la normalidad. ¿Cuánto nos queda para volver a la vida pre-pandémica? Esta pregunta que todos nos hacemos a diario es la que intenta responder The Economist con su Índice global de normalidad —el semanario británico es muy de índices—. Combinando indicadores de movilidad, transportes y asistencia a cines y competiciones deportivas, la publicación ha elaborado este índice para ver cuan lejos están 50 países de alcanzar los niveles anteriores al COVID-19. Hace apenas diez días se encontraban a medio camino de llegar a la tan ansiada normalidad.
En el caso concreto de España, actualmente se encuentra en la decimonovena posición con un índice de 73,1 —la normalidad se alcanzaría al llegar a 100—, por delante de países como Corea del Sur, Alemania, Italia, Reino Unido o Australia. Nuestros indicadores más alejados de la normalidad son el tráfico aéreo y la asistencia a cines, mientras el tiempo que estamos fuera de casa es prácticamente el mismo que antes del estado de alarma declarado en marzo de 2020.
Agenda 2030. La Revista Índice, editada por la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Nacional de Estadística, dedica su último número trimestral a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A través de nueve artículos y dos entrevistas, la publicación aborda la producción estadística de los 232 indicadores que monitorizarán durante la próxima década los 17 objetivos y las 169 metas que se han marcado desde Naciones Unidas —el INE mantiene una aplicación interactiva con estos indicadores y ha editado un monográfico el pasado mes de marzo—. Como señala en su artículo el vocal asesor del INE Pedro Revilla Novella:
Los Indicadores conforman, quizá por primera vez en la historia, un proyecto estadístico global
Geografía disruptiva. José Ojeda Zújar, Pilar Paneque Salgado, Esperanza Sánchez Rodríguez y Juan Pedro Pérez Alcántara, investigadores de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide, han publicado un artículo científico titulado Geografía de la renta de los hogares en España a nivel municipal: nuevos datos y nuevas posibilidades de geovisualización, exploración y análisis espacial en entornos cloud. El paper explora el uso de las nuevas herramientas de geovisualización que ha dado lugar a lo que los autores denominan ‘geografía disruptiva’, al transformar “de manera profunda el análisis tradicional de la información geográfica al permitir que se modifique la secuencia de la investigación, esto es, que las hipótesis deriven de la previa exploración de los datos, lo que resulta, sin duda, un cambio sustantivo”.
El artículo ejemplifica esta ‘geografía disruptiva’ con un ejemplo práctico basado en los datos de la estadística experimental Atlas de distribución de renta de los hogares del INE. Los cuatro investigadores trasladan estos datos a varios dashboards elaborados con CARTO para ejemplificar el potencial que tienen estas herramientas a la hora de segmentar, clasificar y explorar visualmente estos datos para generar posibles hipótesis de trabajo. Una de las aplicaciones que más me ha llamado la atención es la que llaman cliente 3, en el que clasifican los municipios españoles en cuatro categorías en función del tipo más habitual de ingresos: salarios, pensiones, prestaciones por desempleo u otros ingresos.
Infracciones a residencias de mayores. Los periodistas Daniele Grasso, María Sosa Troya e Íñigo Domínguez han recopilado mediante la Ley de Transparencia las infracciones que las comunidades autónomas han impuesto a las residencias de mayores desde 2014. Según el reportaje publicado en El País, más de 1.100 residencias —una de cada cinco— han recibido alguna sanción por irregularidades tales como falta de personal, asistencia de higiene o maltrato hacia los residentes. Más de la mitad de las residencias de Castilla-La Mancha han sido sancionadas en este período, mientras que en La Rioja y la Comunidad de Madrid este porcentaje supera el 40%. El reportaje está acompañado de un buscador interactivo en el que cualquier lector puede buscar las residencias sancionadas en su comunidad autónoma y el detalle de cada infracción.
Bonus track internacional. Estados Unidos ha vivido este año el junio más caluroso de la serie histórica. Pero en lugar de fijarse en las máximas diurnas, el New York Times se ha centrado en analizar las temperaturas mínimas durante las noches, el momento clave para que el cuerpo se refresque y recupere su estado natural de temperatura. La ola de calor de junio lo puso difícil para los estadounidenses: en 1.503 estaciones se batieron récords históricos de temperaturas mínimas en el mes de junio, por las 1.238 en las que se superaron las máximas diurnas. Esta tendencia ya fue reporteada por el NYT hace tres años. Como señala una experta consultada por el periódico estadounidense: “Lo que aparece en las noticias son las máximas, pero las mínimas nocturnas tienen un impacto en la mortalidad”.